José Alcántara Almánzar  presenta segunda edición de Bienvenida y la noche» de Manuel Rueda

La Fundación Corripio, al conmemorarse el centenario del natalicio del gran artista y escritor Manuel Rueda (1921-1999), ha realizado la segunda edición de la obra «Bienvenida y la noche». La primera edición, de la Fundación Cultural Dominicana, data de 1994 y se encontraba agotada desde hacía años.

El título de la obra, formulado sin explicitar la referencia histórica, presenta un contraste entre el nombre «Bienvenida», positivo, lleno de esperanzas y la «noche» que evoca un peligro inminente y abstracto.

José Alcántara Almánzar, asesor de la Fundación Corripio, ante un público compuesto por miembros de la Fundación Corripio, amigos y admiradores de Rueda, reunidos en el Monumento a Fray Antón de Montesinos, afirmó en su presentación que «Bienvenida y la noche» es una crónica que desborda los límites de la simple relación de hechos para situarse en el ámbito de una narrativa de esencias poéticas.

Manuel Rueda rescata de las brumas de su memoria los hechos de la boda de una damita de la sociedad montecristeña con el Jefe del Ejército Nacional de entonces, Rafael Leónidas Trujillo, celebrada en Monte Cristi el 30 de marzo de 1927. Al recuerdo del autor de obra se unen los de los parientes, amigos de sus familias y de todo el pueblo de Monte Cristi, que ya no cesarían de comentar los pormenores de aquellos esponsales.

En la cubierta del libro «Bienvenida y la noche (Crónicas de Monte Cristi)», se ve la fotografía de la pareja el día de su boda. Se trata de Bienvenida Ricardo y Rafael Leónidas Trujillo, tres años antes de su llegada al poder y de la instauración de la terrible dictadura que duró tres décadas. En medio de la extensa producción literaria dedicada al dictador, esta obra se distingue por abordarla figura de Trujillo antes de su ascenso al poder; además, el personaje principal no es el futuro jefe, sino Bienvenida, a la que el autor conocía personalmente, y los habitantes del pueblo en el que sucede la acción.

Rueda juega con los planos, con el tiempo de los verbos, el niño habla de su apreciación del acontecimiento desde la perspectiva del hombre adulto que lo recuerda. Inclusive, hay sucesos en que el niño no estuvo presente y tiene que conjeturar sobre lo que pensaba o hicieron él o los demás personajes.

En la mayoría de los casos, las descripciones, giros, metáforas usadas no corresponden al nivel de observación ni de perspicacia intelectual de un niño. La realidad es que estamos ante una obra inspirada en la nostalgia, donde no importa quién sea el narrador, predomina un testimonio envuelto en recuerdos, algunos borrosos, otros más nítidos. Esta obra obtuvo el Premio Anual de Novela por sus méritos literarios.

Actividad   realizada el martes 07 de septiembre del 2021