Hilma Contreras Castillo

Cuentista y novelista, nacida en San Francisco de Macorís, República Dominicana, el 8 de diciembre de 1913. Fue de las pocas mujeres que sobresalieron por su excelencia como narradora a partir de la década de los cincuentas -época dominada por los poetas sorprendidos e independientes-, con ficciones que revelaban una acabada factura y penetración psicológica en el trazado de los personajes.

A lo largo de varias década ha venido realizando su oficio de cuentista sin alarde de ninguna índole, con una gran conciencia de su labor creativa, en la que no caben digresiones ni explicaciones inútiles,  sino una intensidad lograda a base de una enorme economía de recursos, trazo definitivos, sugerencias que favorecen la complejidad ambigüedad humana.

En este género intenso y complejo  que es el cuento, Hilma Contreras ocupa un lugar distinguido en su país, junto a nuestras primeras  figuras de la narrativa breve, como Juan Bosch, Sócrates Nolasco, Ramón Marrero Aristy y Virgilio Díaz Gullón, en entre otros, y ventaja en más de un aspecto a cualquiera de las narradoras de su generación.

En los últimos años, a instancias de críticos  y escritores que valoran su obra, Hilma ha aceptado dejar la especie de exilio interior que ella misma, por razones tal vez de personalidad, se había impuesto. Así, no sólo han aparecido algunas obras nuevas en los  últimos  lustros, sino que ha concedido entrevista a la prensa.

Su obra narrativa, relativamente breve, es una de las más antologadas en nuestro país, tanto por el vigor de su prosa como por el dominio de las estructuras y los personajes.

Obras publicadas: Cuatro cuentos (1953),  Doña Endrina de Catalayud (1953), EL ojo de Dios: cuentos de la clandestinidad (1962), La tierra esta bramando (1986), Entre dos silencios (1987), Facetas de la vida (cuentos y minicuentos, 1993).